¿Dónde están los que durmieron en Cristo?

¿Están en el Hades o en el cielo?
¿Están en el paraíso o están en la presencia de Dios?

No pretendemos ser exhaustivos con este asunto. Sólo daremos algunas pinceladas. Continuaremos en otros artículos.

🌿 1.

¿Dónde fue Jesucristo cuando murió?

Para entender dónde fueron los que murieron siendo fieles a Cristo, debemos entender, primero, donde fue Jesucristo cuando murió.

Como siempre, no expresaremos nuestra opinión personal. Las opiniones no son interesantes cuando estamos hablando de la comprensión de las Sagradas Escrituras.

Quien teme a Dios y busca agradarLe, renuncia a sí mismo y sigue al Señor Jesús.

¿De qué forma?

Simple: sigue la Palabra de Dios, el Verbo de Dios. Jesucristo es el propio Verbo hecho carne.

¿Y ya está?

Hace falta un elemento indispensable: la guía y dirección del Espíritu Santo, el cual es el propio Espíritu de Cristo.

Vamos a la pregunta: ¿Dónde fue Jesucristo cuando murió?

En el Evangelio escrito por Lucas tenemos una cita impresionante que nos da información precisa, no solo de donde fue sino de cuando fue, en qué momento.

Paremos un momento para examinar el cuando.

Entonces Jesús le dijo: «De cierto te digo, que hoy estarás conmigo en el paraíso».

Lucas 23:43

Esta información es contundente y no da margen a duda: el propio Cristo dijo a uno de los que fue crucificado con Él: cuando y donde irían, los dos, después de su muerte:

«Hoy».

Hoy es hoy.

Cristo entregó su espíritu cerca de la hora Novena, esto es 3 horas antes de terminar el día, que terminaba a la hora Duodécima1.

1) Recordemos que, en el calendario bíblico, el día terminaba a la puesta del sol, es decir a la Duodécima hora de luz, momento en el que se iniciaba un nuevo día, que constaba de dos partes de 12 horas cada una: las primeras 12 horas eran nocturnas (llamadas vigilias, formando en su conjunto ‘la tarde’), seguidas de las 12 horas de luz (llamadas, simplemente, ‘horas’, formando en su conjunto ‘la mañana’); las dos partes juntas (tarde y mañana) eran un día completo de 24 horas.

El otro crucificado tardó un poco más en morir.

La ejecución en la cruz era una forma cruel de tortura pues significaba una muerte lenta, que podía alargarse durante muchas horas (a veces días), hasta la muerte final después de una lenta y desgarradora agonía.

Lo habitual, por lo tanto, hubiera sido que el crucificado arrepentido tardara mucho más tiempo en morir; siendo esto así, él no habría alcanzado el «hoy» pronunciado por Jesús.

Pero Dios vela por el cumplimiento de Su Palabra.

Como está escrito, por causa de la preparación de la Pascua, para que los ejecutados no quedasen en la cruz agonizando durante el día siguiente, fue dada la orden de romper los huesos de las piernas de los crucificados. Esto aceleraba la muerte, que era inminente; estudios médicos modernos indican que, después de esa práctica2, la muerte tardaba entre 5 minutos y 30 minutos.

2) Ese procedimiento brutal es conocido históricamente y recibía el nombre de crurifragium (del latín crus = pierna, frangere = romper).

Llegando los soldados, así procedieron con los dos crucificados pero, extrañados por la rapidez de la muerte de Jesús y para asegurarse de que ya había fallecido, le traspasaron el costado con una lanza. Esto, de forma sorprendentemente exacta, fue para cumplir dos profecías del Antiguo Testamento:

  1. la Palabra ordenada por Dios a Moisés en Egipto para la Pascua
  2. y la profecía de Dios escrita por Zacarías:
«Hueso no quebraréis de él.»

Jua.19:36

«…y mirarán a mí, a quien traspasaron»

Zac.12:10; Jua.19:37

Visto el cuando vamos a ver el donde.

Cristo no tomó el reino después de morir, antes fue al paraíso con el ladrón que se arrepintió.

Entonces Jesús le dijo: «De cierto te digo, que hoy estarás conmigo en el paraíso.

Lucas 23:43

El donde también está muy claro.

«el paraíso»

El alma de Jesucristo fue al paraíso al morir. No hay margen de duda.

Pero, ¿y su cuerpo?

Su cuerpo estuvo en el sepulcro (donde no vió corrupción) hasta que resucitó, esto es cerca del amanecer del tercer día, que era el domingo, el primer día de la semana del calendario hebreo.

No abordaremos aquí la explicación del apóstol Pedro, en su primera carta, cuando habló de que Cristo ‘predicó a los espíritus encarcelados’ pues saldría del objetivo de este artículo y nos haría perder el foco pero ya hablaremos de eso en otra ocasión.

Después de esta información tan clara, lo que la Escritura nos muestra es que Cristo, después de resucitar y de haber aparecido a los discípulos durante un período bien delimitado de 40 días, entonces sí, subió al cielo, a la vista de un pequeño grupo de discípulos en el huerto de Getsemaní, para ir a sentarse en el trono de Dios, a la derecha del Poder de Dios.

¿A la derecha del Poder de Dios?

Sí. Es allí que fue visto muy pocos años después por Esteban, cuando éste estaba siendo apedreado:

«Mas él [Esteban], estando lleno del Espíritu Santo, puestos los ojos en el cielo, vio la gloria de Dios, y a Jesús que estaba a la diestra de Dios,
Y dijo: He aquí, veo los cielos abiertos, y al Hijo del hombre que está a la diestra de Dios.»

Hechos 7:55,56

Cristo, por lo tanto, había subido al cielo cuarenta días después de Su resurrección para estar a la diestra de Dios, es decir: en el mismo nivel que el Padre, en el mismo nivel de Dios.

Esto es importante comprenderlo.

Jesucristo, verdadero hombre y verdadero Dios, no quedó ni arriba del trono de Dios (lo que Le haría mayor que Dios), ni debajo (lo que Le haría menor que Dios), sino al lado, en el mismo nivel.

¡Gloria a Dios!

¡Gloria al Señor Jesús!

«EL SEÑOR dijo a mi Señor:
Siéntate a mi diestra,
En tanto que pongo tus enemigos
por estrado de tus pies».

Salmo 110:1

Cuando Jesucristo estuvo muerto fue al paraíso. Sólo subió al trono de Dios después que resucitó y después de haber aparecido y de haber dado instrucciones a los suyos durante 40 días.

Estas dos afirmaciones (el cuando y el donde) son claras, exactas y no necesitan de más demostraciones.

💤 2.

¿Dónde van, entonces, los salvos cuando mueren?

Cristo es el Camino. Él es el Primero.

Si empezamos por el crucificado arrepentido, no existe duda:

¿Dónde está?

En el paraíso.

¿Y los demás muertos en Cristo?

No hay motivo para pensar que exista otro lugar en el que sus almas puedan estar descansando sino en el mismo lugar:

«el paraíso»

La Biblia no menciona otro lugar.

Antes de que Cristo, al morir, venciera la muerte, el diablo tenía las llaves de la muerte y del infierno.

Antes que Cristo venciera la muerte, los muertos descendían a la región de los muertos, llamada infierno, Hades o Sheol.3

3) En las propias Escrituras el infierno es llamado Hades (en griego) y Sheol (en hebreo). Todo es lo mismo pero en diferentes idiomas. También se usa como sinónimo en algunos pasajes la palabra ‘sepulcro’ o ‘Gehenna’, con el mismo significado; en Pedro 2:4, algunas traducciones usan la palabra ‘tártaro’.

Este era el lugar de todos los muertos.

Vemos el caso contundente que el mismo Jesús explicó, relatado en Lucas 16 sobre el rico y Lázaro.4, 5

4) Por causa del subtítulo colocado por algunos traductores (La parábola del rico y Lázaro) muchos interpretan que se trata de una historia no real, simbólica, pero en el texto no dice que se trate de una parábola.

5) Debido a éste y a otros errores en los subtítulos, es prudente leer esos subtítulos con mucho cuidado, entendiendo que fueron añadidos pues no estaban en el original; así podremos claramente aceptar el texto bíblico como inerrante porque fue revelado por el Espíritu Santo, mientras que los subtítulos fueron añadidos por los traductores, así como los pies de página en algunas versiones (todavía más peligrosos pues fueron añadidos por los editores) y, por lo tanto, están sujetos a fallos, en su mayoría podemos pensar que no fueron intencionados, pero fallos, al fin y al cabo.

El texto es bien conocido. El rico estaba en el seno de Abraham, había un abismo y, al otro lado, estaba el rico atormentado en una llama.

¿Cuál es ese lugar?

Es el infierno, que es lo mismo que sepulcro, Hades o Sheol (como ya hemos visto). En ese lugar, situado ‘abajo’, estaban los tres, el rico, Lázaro y Abraham. Es de notar, que mientras el rico era atormentado en una llama, los otros dos no, estaban en paz. Pero era el mismo ambiente aunque con dos lados, con un abismo entre los dos.

¿Entonces?

Esto merece una explicación.

Este acontecimiento del rico y Lázaro sucedió antes de que Cristo muriera y resucitara, venciendo a la muerte.

Cristo, en su muerte, venció a la propia muerte y arrebató al diablo las llaves del infierno.

Por lo tanto, los que duermen en Cristo, al morir, ya no decienden al infierno (Hades/Sheol) sino que están en el paraíso.

No hemos visto que ‘paraíso’ es una palabra griega derivada del idioma persa, que en hebreo sería equivalente a «Jardín del Edén»).

Pero, ¿qué es y donde está ese ‘paraíso’?

Ese paraíso está en un lugar del que casi no tenemos información.

Las Escrituras no nos informan mucho…

El apostól Pablo, en su célebre declaración, nos dice que él fue arrebatado en dos ocasiones (no supo decir si en el cuerpo o fuera del cuerpo): una, al paraíso y, la segunda, al tercer cielo. No nos da más información puesto que no dejó escrito absolutamente nada de lo que vio (aunque nos parezca una pena, es así), y solamente menciona lo que oyó:

«…palabras secretas que el hombre no puede decir».

2 Cor.2:4

🙁

Podemos pensar, si relacionamos esta breve declaración de Pablo en la Segunda Epístola a los Corintios con la mención de Jesús al crucificado, que el paraíso es una ‘versión’ celestial de aquello que fue el Jardín del Edén pero que no está en la tierra sino que está en el tercer cielo.

Tercer cielo…

Pero, ¿cuántos cielos hay?

Vemos claramente el primer cielo, al levantar los ojos. Esto parece muy evidente, sin misterio.

También es muy lógico pensar que, si existe un primero y un tercero, deba existir un ‘segundo cielo’. Un cuarto, está claro que ya no tendría sentido especularlo, y menos un quinto…6, 7

6) Existe una idea sin ninguna base bíblica de la existencia de siete cielos. El caso de que esa idea se mencione en el apócrifo Libro de Enoc ha llevado a algunas personas a imaginar que eso podría ser verdadero pero esa idea de 7 cielos surgió de cosmologías mesopotámicas paganas antiguas que nada tienen a ver con la Escritura revelada por Dios. Esa concepción fastasiosa encontró apoyo en el judaísmo rabínico (Talmud Babilónico) y en cierta literatura mística kabalística pero carece de fundamento bíblico de manera definitiva.

7) Un breve comentario se hace pertinente. El Libro de Enoc no es bíblico. No es digno de crédito. Es un libro apócrifo. Aunque pretende narrar los tiempos de Enoc de antes del diluvio, fue escrito varios milenios después (unos 200 años antes de Cristo), en pleno fervor intelectual del helenismo, que acostumbraba a mezclar sus dioses con seres humanos, uniendo las grandezas fantasiosas de sus dioses con las pasiones y bajezas humanas. De ahí que una de las ideas más famosas de este libro es la interpretación antibíblica de la unión carnal de ángeles caídos con los ‘hijos de Dios’ del pasado. Otro día podemos ver eso con calma; si te parece interesante, ponlo en los comentarios de este post.

Pero un segundo cielo sí que es, bíblicamente, necesario.

¿Segundo cielo?

Hay quien afirma que podría tratarse del cosmos. Podría parecer inteligente afirmarlo, pero no tenemos ninguna base escritural para ello.

Este ‘segundo cielo’ no se menciona en la Biblia, como tal, con ese nombre…

Pero se menciona, eso sí, los ‘lugares celestiales’.

«Porque no tenemos lucha contra sangre ni carne; sino contra principados, contra potestades, contra señores del mundo, gobernadores de estas tinieblas, contra espíritus malignos en los lugares celestes.»

Efe.6:12

¿Sería ese espacio espiritual el ‘segundo cielo’?

Dejamos aquí la pregunta.

🏆 3.

Los salvos todavía no están reinando

En todo caso el tercer cielo sí es mencionado y está claro que es un lugar espiritual, celestial, en el que se encuentran los santos, esperando la resurrección.

Podemos también afirmar que ese ‘tercer cielo’ es el lugar en el que existe el paraíso mencionado diversas veces en las Escrituras, el lugar donde está actualmente el árbol de la vida (como estuvo en el paraíso terrenal).

Por ejemplo, tenemos la mención de Jesucristo hablando con Juan en Patmos:

«Al que venciere, daré a comer del árbol de la vida, el cual está en medio del paraíso de Dios».

Apo.2:7

Por lo tanto podemos afirmar, sin miedo a equivocarnos, que existe (en el futuro) un lugar llamado paraíso en el que está el árbol de la vida’.

Éste es el entendimento que alcanzamos al examinar con cuidado y oración el texto bíblico. No podemos ir más allá de lo que está escrito.

Los santos todavía no están reinando. El alma de los creyentes que murieron unidos a Cristo están, ahora, en el paraíso que se encuentra en el tercer cielo.

Sus cuerpos están en la tierra, descansando. Como el que está durmiendo, aguardando la resurrección en el día en que la séptima trompeta sonará.

«Dicho esto, díjoles después: Lázaro nuestro amigo duerme; mas voy a despertarle del sueño».

Jua.11:11

Concepto Tiempo / acceso
Jardín del Edén Pasado, perdido
Paraíso (Jesucristo/Pablo) Presente o futuro, accesible en Cristo
Paraíso (Apocalipsis) Bodas del Cordero

«Ciertamente consolará el Señor a Sion; consolará todas sus soledades, y tornará su desierto como paraíso, y su soledad como huerto del Señor; hallarse ha en ella alegría y gozo, alabanza y voz de cantar».

Isaías 50:51

«Huerto cerrado eres, mi hermana, esposa mía;
Fuente cerrada, fuente sellada.
Tus renuevos, paraíso de granados,
Con frutos suaves, de alheñas y nardos,
Nardo y azafrán, caña aromática y canela,
Con todos los árboles de incienso; Mirra y áloes,
con todas las principales especias.
Fuente de huertos, Pozo de aguas vivas,»

Cantares 4:12-15

Comparación: Jardín del Edén (Génesis) vs. Paraíso prometido (Lucas 23:43)

Elemento Jardín del Edén (Génesis) Paraíso prometido por Cristo (Lucas)
Comunión con Dios Perfecta al inicio; rota por el pecado. Restaurada plenamente por Cristo en la cruz.
Árbol de la vida Presente en el centro del jardín; acceso bloqueado tras la caída (Gén 3:24). Reaparece en Apocalipsis 2:7 y 22:2 como símbolo de vida eterna restaurada.
Acceso Prohibido después del pecado original. Reabierto por la redención en Cristo.
Modo de entrada Por creación (sin mérito humano). Por fe y gracia, como en el caso del ladrón arrepentido.
Dimensión Terrenal y física. Celestial y espiritual.
Nombre bíblico “Edén” – jardín plantado por Dios (Génesis 2–3). “Paraíso” – palabra griega parádeisos, usada por Jesús (Lucas 23:43).
Condición del hombre Inocente pero caído. De pecador pasa a ser hecho justo (justificado por la Sangre de Jesucristo).
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